¿Qué es la Epididimitis?​

La epididimitis es una inflamación de un conducto que está pegado a la parte posterior del testículo que se conoce como epidídimo. Este epidídimo tiene la función de almacenar y transportar los espermatozoides. Y cuando este se inflama, surge lo que se conoce como epididimitis.

 

La causa más frecuente de epididimitis en el mundo es la infección bacteriana, que puede ser por enfermedades de transmisión sexual como la gonorrea o la clamidia, pero también puede ser por otros gérmenes, como, por ejemplo, la Escherichia coli, el Proteus, el Enterobacter, el Enterococo. Esta inflamación del epidídimo puede también involucrar al testículo, y cuando esto sucede, el nombre cambia de epididimitis a orcoepididimitis o orquiepididimitis.
Usualmente, la epididimitis suele ser tratada con antibióticos, pero puede requerir tratamientos adicionales en caso de que esta epididimitis se vuelva crónica (mayor de 6 semanas).

Los síntomas más comunes son:

        Dolor escrotal y/o testicular

       Sensibilidad testicular aumentada

        Dolor al orinar

       Necesidad de urgencia de orinar

       Secreción por el pene

       Sangre en el semen

        Sensación de calentura en el escroto y o fiebre

Las causas son infecciones de transmisión sexual, otras infecciones bacterianas, como las de las vías urinarias o de la próstata. También pueden ser virales, como, por ejemplo, el virus de la papera.

También puede ocurrir debido a una obstrucción en la salida de la orina, como un crecimiento de la próstata que puede generar que la orina, en vez de salir hacia afuera, vaya por el conducto eyaculador o conducto deferente y se dirija hacia el testículo.

La presencia de orina en el testículo, producto de una obstrucción, también puede generar una epididimitis química, porque el ácido de la orina quema al testículo. Por eso es que mucha gente que sufre de la próstata, a mayor edad, tiene dolores en los testículos.

Puede ser también por un traumatismo, por un golpe, un pelotazo o una patada, o rara vez también consecuencia de tuberculosis.

  • Relaciones sexuales con múltiples parejas sexuales
  • Relaciones anales
  • Promiscuidad
  • Antecedentes de infecciones de transmisión sexual

Otros factores de riesgo son infecciones o crecimiento prostático, infecciones urinarias, antecedentes de procedimientos médicos en las vías urinarias, como una cistoscopia, también la presencia de fimosis, alteraciones en la anatomía de la vía urinaria, como una estrechez uretral, o un sistema inmunitario debilitado por estrés crónico, infecciones por HIV, pacientes en tratamiento oncológico en quimioterapia, desnutrición, etcétera.

Las complicaciones de la epididimitis pueden ser una aparición de hidrocele, la orcoepididimitis o orquiepididimitis, que es cuando se disemina el testículo.

Puede haber problemas de fertilidad cuando la epididimitis es bilateral, puede haber la presencia de abscesos o colecciones de pus a nivel del escroto, o la complicación más frecuente es la aparición de una epididimitis crónica. También puede darse por un mal tratamiento.

En la prevención está protegerte de las infecciones de transmisión sexual, disminuir la promiscuidad, tener unas buenas defensas, tener una próstata saludable, etcétera

Para el diagnóstico de la epididimitis es necesario el examen médico en la consulta.

En la consulta, usualmente, se van a pedir exámenes de laboratorio para descartar enfermedades de transmisión sexual, pueden también ser necesarios exámenes de orina o de semen, y usualmente una ecografía.

El tratamiento, usualmente es con antibióticos. El tipo de antibiótico y la duración del tratamiento dependerá de la gravedad del problema, puede ser necesario también analgésicos y, en algunos casos crónicos, puede ser, inclusive necesario una cirugía para erradicar el epidídimo. Las terapias para dolores crónicos pueden necesitar otros tratamientos como bloqueos neurológicos, bloqueos nerviosos, tratamientos con ozono, etcétera.